jueves, 21 de julio de 2011

Gracias


Señor, padre mío, padre de amor y de bondad, padre que entrega y que persevera, gracias padre mío por todo lo que me has dado, sobretodo por lo que me has dado hace poco más de un mes. Esta nueva vida que me permites llevar dentro de mi, como a María le permitiste llevar a tu hijo en su vientre, me siento igual de dichosa Señor, y me desborda la felicidad. Es tan grande esto Dios mío que aun no he podido expresarlo en su total plenitud. Tengo una vida dentro de mí, desde ahora nada más será igual que antes. Tengo un ser formándose dentro de mí, es un milagro, el milagro más grande de todos los milagros, y tú señor me amas tanto que has permitido que pueda hacerlo realidad dentro de mi ser.

Señor mío, nos das tantas cosas buenas, nos das todo para que seamos felices, pero aun así no siempre lo comprendemos y pedimos más. Señor sólo tú sabes cuánto más podemos alcanzar, sólo tú sabes cuánto más necesitamos, y nunca nos dejarás desamparados. No temo Señor, tengo confianza y fe puestas en ti y en María. Este ángel que hoy crece en mi vientre estuvo contigo, desde antes de estar aquí en mi ser ya lo conocías y lo bendijiste; también lo conocieron nuestros familiares que están contigo gozando de la vida eterna. Este angel es un ser bendito, es un milagro que se convertirá en un gran ser humano, en una persona excepcional, única, especial; lo siento así, en mi corazón.

Gracias Padre por ser tan bueno con nosotros, por darnos tantas alegrías, por darnos todo para ser felices; no permitas que nos alejemos de ti ni un solo instante, ya que no valdría la pena tenerlo todo y no tenerte a ti. Padre, madre María, que sus manos benditas y su amor eterno nos protejan por toda la eternidad y que su nombre reine en nuestro hogar para toda la vida.

Te amo mi angelito, te espero con muchas ansias.