jueves, 31 de marzo de 2011

dia dos: el perdón


¿Alguna vez has tenido que pedir perdón a alguien? ¿Qué sentiste?
Bueno, perdonar y pedir perdón son diferentes, pero lo común en ambas es que es necesario sí o sí una actitud humilde para hacerlo de corazón. También es verdad que para algunos es más facil pedir perdón que para otros. Yo, por ejemplo, sufro de orgullosismo severo y me cuesta mucho pedir perdón, aun cuando sé que he tenido la culpa.

El día de hoy empezó para mí aproximadamente a la una de la madrugada. Mi esposo y yo, echados en la cama, tuvimos una conversación en la que poníamos sobre la mesa muchas cosas que aún no habíamos perdonado uno del otro, así como cosas que, a pesar del tiempo, habíamos perdonado recién; también conversamos sobre esa necesidad de perdonar, y sobre la necesidad de ser perdonados.

En definitiva pienso que para poder llegar a hacernos virtuosos en el tema del perdón, tenemos que llevarlo a la práctica y hacerlo una y otra vez. Tal vez seria una buena idea reunir en un cuarto a toda la gente que nos ha hecho algo malo y decirles a todos "Lo siento", así nos ahorramos las molestias... pero evidentemente no habremos practicado mucho.
Hace poco me sentí lo suficientemente humilde como para perdona a alguien que consideré me había hecho snetir muy mal, al punto de llevarme a las lágrimas; fue un familiar cercano. Al cabo de un par de semanas ninguno de los dos nos comunicamos de nuevo. Pero hace unos días decidí enviarle un mail con un "lo siento", en donde perdonaba pidiendo perdón, y con esto me sentí liberada... aunque hasta ahora no he recibido su respuesta.

Ya he tenido experiencia de llevar conmigo durante años muchos resentimientos, y la verdad, no sirve de nada! Igual, estoy un proceso de formateo, de aprender a ser cada vez una mejor persona... aunque no sea facil.

Hoy agradezco a Dios también por haber permitido que me encuentre con una amistad que no veía hace tiempo, y que, de vivir en el extranjero por más de 11 años concentrado en hacer dinero para "el futuro", ha decidido dejarlo todo y encaminarse a un proyecto que ayuda a otros a curar el alma, la  mente y la salud. Y aunque lo más probable es que no genere muchos ingresos, por primera vez en la vida, he podido verlo auténticamente feliz y realizado. Él no cree en Dios, pero sí que Dios está en él, aunque no se haya dado cuenta... aún.

miércoles, 30 de marzo de 2011

día uno: paciencia


Hoy aparentemente no ocurrió nada trascendental en mi vida, tal vez que uno considere digno de contar en un blog; me levanté algo tarde, mi cama me seducía como todos los días a quedarme "un ratito más", pero mi obligación de empresaria me decía al otro oído "levántate floja"!!!

Asi que, después de un baño rápido y un desayuno de proteína con leche, me alisté para salir. De pronto algo me detuvo. Fue la sensación tan agradable de haber empezado a escribir ayer este blog y, de alguna manera, mi "compromiso" conmigo misma, con el ciberespacio y, porsupuesto con Dios de continuar haciéndolo día tras día. Entonces vi que no era necesario salir en la mañana a la oficina, para eso tenía esta maravillosa laptop que me permitía trabajar desde mi casa.

Con esta tranquilidad, tomé la Biblia y econtré esta cita que calzaba perfectamente con algunos problemas que estaba pasando con mi esposo: Colosenses 3, 12-17
"Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan a su pueblo. Vivan, pues, revestidos de verdadera compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Tengan paciencia unos con otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro (...)" Aquí me detuve un momento, pues vi con claridad que Dios me hablaba a mí. Recordé además que cuando le pides a Dios que te favorezca con alguna virtud como por ejemplo "paciencia con tu esposo, con tus padres, hijos, etc..." no te da una píldora de "paciencia" que hace que de la noche a la mañana te transformes en la persona más comprensiva y pacienciente del mundo, sino que te enfrenta ante una situación en la que te demuestras a tí mismo cuán paciente puedes ser.... y esto al final te hace crecer y madurar.

Eso era, hacía un par de días me sentía la persona más desdichada del mundo, la más "miserable" de todas, todo a raíz de una incomprensión con mi esposo, algo que "no era capaz de sacar frente a él".

Y continuaba la cita: (...) Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Sobre todo revistanse de amor, que es el perfecro lazo de unión. Ví que también tenía que perdonar o "aprender" a perdonar y dejar atrás algunos rencores guardados, y que si quería ser perdonada por otros por mis errores, debía también aprender a perdonar a los que me habían hecho sentir "miserable y desdichada"...

(...) Y que la paz de Cristo dirija sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos. (...)

Después de un tranquilo día de trabajo, felizmente sin mucho estrés,  me reuní con dos amigas que no veía desde hace tiempo. Dios sabe frente a quién o quiénes ponerte cuando lo necesitas.

Llegué a la casa y el encuntro con mi esposo fue mucho más llevadero. Digamos que, al fin de cuentas, este no fue un día sin nada extraordinario. Ya nada puede ser ordinario si sabes en quién te apoyas y hacia dónde vas.

Y mañana, será otro día extraordinario igual que hoy.

martes, 29 de marzo de 2011

día cero



Empezar este blog significa para mí el inicio de algo grande, nuevo, trascendental, único y que, de hecho, cambiará mi vida, aunque debería empezar por decir que mi vida ya ha ido cambiando desde que decidí hacerle caso a esa voz que me llamaba desde hace un tiempo.

Soy una simple joven de 31 años, casada hace 2, sin hijos aún, negocio propio, estresada como cualquiera y preocupada por el mañana.

Hoy empiezo este blog con el "día cero" como introducción y, con la ayuda de Dios, seguiré de pie para continuar día a día, los 365 días que tiene un año, escribiendo sobre mi experiencia con Dios, para compartirla con todos los que, por casualidad, destino, suerte, milagro o como sea, hayan caido aquí.

Espero que si viniste hoy, regreses también mañana.