Amigos,
Muchas veces me he preguntado ¿qué pasará con los que no son elegidos?
Empiezo por esta refelxión ya que llegan a mi mente y a mi corazón muchos mensajes que me dicen que Dios me ha elegido para algo grande; no quiero pecar de soberbia, mucho menos de superioridad, ya que todo mensaje de Dios, llega por la voluntad de El, por tanto es también su voluntad si lo escuchamos o no. Como dice Romanos 11, 18 "no te creas mejor que las ramas naturales. Si te crees mejor, recuerda que no eres tú quien sostiene a la raíz, sino que la raíz te sostiene a ti". Y sé que todos con los que comparto esta reflexión, han sido elegidos también, así como han sido elegidas las hermanas de la comunidad, los sacerdotes, los matrimonios misioneros, entre otros que comparten distintos carismas, y otros que Dios "ha señalado".
La palabra lo dice, "He apartado para mí siete mil hombres que no se han arrodillado ante el dios Baal" (Ro. 11, 4); "Y oí el número de los que así fueron señalados: ciento cuarenta y cuatro mil de entre todas las tribus israeiltas". (Ap. 7, 4); entonces yo pienso.. ¿y qué pasará con el resto de este mundo? ¿no fuimos ya todos salvados por Cristo en la cruz? ¿De qué o quién depende su salvación entonces? ¿Vale la pena nuestro esfuerzo con oración, en permanecer, en ser más parecidos a Cristo, si el resto ya tiene un destino marcado? Y si mi padre, mi hermano o mi mejor amigo no es uno de los señalados por Dios... cómo yo, desde mi posición de simple mortal pecadora podré hacer algo al respecto?.... Estas preguntas me resuenan en la cabeza una y otra vez, incluso se me vienen a la mente escenas de la película La Lista de Schindler cuando por toda la cantidad de dinero y oro que pudo juntar Liam Neeson, salvó a una reducida cantidad de judíos de la muerte, de entre todos los destinados a morir.... ¿A cuántos podemos salvar nosotros? ¿de dónde sacaremos esas monedas de oro?... También pensaba en esto cuando hace unos días veía una película sobre cómo los médicos lo dan todo de sí para salvarle la vida a un extraño.
La verdad es que aun sigo meditando sobre esto, hasta que Dios me de una respuesta. Pero si fuera que sí hay una esperanza, como las lecturas en Romanos 11, 23 ..."pues Dios tiene pode para volver a injertarlos" (...) y en Romanos 11, 32 ".... porque Dios sujetó a todos por igual a la desobediencia, con el fin de tener compasión de todos por igual", me pregunto: cuánto vamos a luchar "los elegidos de Dios" por salvar a los "no elegidos"? cuántas moneda de oro seremos capaces de conseguir para que nuestra lista de nombres sea copiosa? para que cuando estemos frente a Dios le enseñemos el fruto abundante de su palabra en nosotros?.
En el medio de estos pensamientos, le pedía a Dios que me de la dicha de oírlo siempre, de poder mirarlo a los ojos y decirle con desprendimiento "Hágase". Que no me deje crecer como uva agria en la tierra sana y bien cuidada que Dios ha preparado para mi, sino que el fruto de su paciencia y amor sea dulce y abundante, que yo sea lo que El espera de mí. Is. 5, 1-2
Señor, sé que no he sido la persona que has querido que sea estos días, sé que aun me falta muchísimo más por mejorar, mientras más cerca quiero estar de ti, más tentaciones se me aparecen, "no entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino que hago aquello que aborrezco.." Ro. 7, 15
http://www.vicariadepastoral.org.mx/sagrada_escritura/biblia/nuevo_testamento/06_romanos_02.htm#cap7
Me reconozco más vulnerable al pecado, a caer, y te pido que no me sueltes, que me llenes de fuerzas para luchar contra el mal. Es verdad que el demonio tienta más a quienes más cerca están de ti; Señor desde ahora trataré de sentirme feliz mientras más me vea tentada, pues sabré que estoy más cerca de ti y que lucharemos juntos para vencer el mal.
Señor, tú conoces mi mente y mi corazón y sabes lo que guardan dentro; dime si hay una esperanza para todos los que habitamos este mundo; cuál es el destino de quienes no tienen la oportunidad de enderezar sus vidas? qué pasará si uno de tus elegidos te falla? Para qué escogiste de tu pueblo sólo a algunos sino para salvar al resto? Ayudame a comprender este misterio tuyo de salvación.
Señor, cuánta sabiduría hay en ti, cuántas lecciones, cuánta enseñanza; tú nos dices que aprovechemos nuestra vida, que seamos buenos unos con otros, que salgamos de la oscuridad Ef. 5, 14 - 17 "Despiértate, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará".
En el fondo aun no llego a comprederlo todo Señor, pero mi alma respira una esperanza, una voz en mi interior grita casi con desesperación para hacer que todos te alaben y se refugien en ti. Tú eres el refugio al que debemos acudir, tú y sólo tú; no el alcohol, no el sexo, no las drogas, no el amor de nadie más que no sea nuestra pareja, no el trabajo, sólo tú y el amor que nos inspiras. "Invoqué el nombre del Señor y le rogué que me salvara la vida" Salmo 116, 4
Hagamos uso de los dones que nos dio el Señor, que no han sido dados por gusto; allí desde donde estemos, podemos alabar a Dios, pero por amor a El y a nuestros hermanos, no por temor al castigo o por esperar que nos premie.
"Si Dios nos ha dado el don de comunicar sus mensajes, hagámoslo según la fe que tenemos" Ro. 11, 6 Que se haga según nuestra fe; Dios nos dice que si tuviéramos la fe del tamaño de un grano de mostaza, podríamos hacer lo que quisiéramos en su nombre para el bien del mundo. Cuándo será el día Señor en que veamos tu rostro y en que podamos oir tu voz así como oimos el mar, el viento, sin que sea tan dificultoso, o sin que te confundamos con nuestra propia voz?, cuándo será el día en que podremos con nuestras manos curar a enfermos y tristes en tu nombre y según nuestra fe? Si gritáramos tu mensaje a la gente que nos rodea, como lo hacía Pablo, la gente nos vería como locos, y si quisiéramos curar a un enfermo con nuestras manos, seguramente ese enfermo pensaría que está más sano que nosotros... ¿qué ingrediente nos hace falta entonces para que nada nos detenga Señor? ¿Cuál es tu voluntad?...
Rm. 12
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