No hay nada como la familia... después de Dios, la familia es lo más importante y el núcleo de nuestra vida.
Hoy, Dios me regaló un precioso día en familia; con mi esposo durante la mañana y con mis padres y hermano durante toda la tarde. Sé que la compañía que le di a mi madre y padre hoy fueron muy influyentes para que se sintieran felices y seguros.
El día de ayer fue difícil en la noche, pero gracias a Dios y a su inmenso amor y paciencia, todo se solucionó maravillosamente. La humildad, algo que tengo en agenda orar y orar, ayer me ayudó mucho a darle fin a una situación de resentimiento y enojo que ya no valía la pena mantener.
La vida es demasiado corta como para desperdiciarla discutiendo, me dijo un día mi madre, pero creo que casi siempre lo olvidamos.
...que sería de las decisiones que tomamos, de las cosas que decimos y las que hacemos o dejamos de hacer, si hoy fuera el último día de nuestra vida? Es verdad que todo sería muy distinto.
Vale la pena luchar por encima de uno mismo para buscar la felcidad y la unidad en la familia, y no esperar que la vida se nos pase para tarde darnos cuenta del tesoro que tenemos a nuestro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario