Cuando te culpan de algo sin haberlo hecho, no sólo duele y es injusto sino que es dificil no reaccionar para aclarar la equivocación, pero más dificil aun es dar la otra mejilla.
Hoy tuve una experiencia similar, nuevamente de un familiar. No es que tenga peleas con mis familiares todos los días, es sólo que creo que me gusta escribir todas mis experiencias positivas o negativas en este blog.
Hace unos días contaba que le envié un mail a un familiar para pedirle perdón por haberle alzado la voz, aunque más fue lo que esa persona me causó negativamente a mí que yo a ella, sin embargo perdoné pidiendo perdón. Bueno, hoy recién recibí su mail de respuesta "aceptando mis disculpas", pero al mismo tiempo volviéndome a criticar, culpar sin sentido y hablando de todo lo opuesto a lo que yo soy o me considero. Esto dolió mucho, porsupuesto, pero sé que Dios me dio las fuerza para enfrentarlo y para escribir un mensaje de vuelta.
Inmediatamente corrí hacia la Biblia para consolarme y oré estas citas:
2, Cor. 12, 9 - 10
1 Cor. 13, 4 - 7
1 Cor 14, 1; 3
2 Cor 4, 8 - 10; 17 - 18
Sab. 9, 15 - 16
Me habló de la humildad y se soportar todo si él me lo pide. Me habló de la fe, de que no nos preocupemos por las cosas de la tierra que no nos van a faltar, pero que pidamos a Dios el alimento eterno, que ambicionemos los dones espirituales. Me habló del amor, aquel que lo entrega todo, lo espera todo y lo soporta todo.
Siento que Dios escuchó mi llamado de auxilio después de lo que pasó y con su palabra en la Biblia me dio el con suelo y la tranquilidad que buscaba.
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