Ayer al acostarme había decidido levantarme muy temprano para trabajar. Por un gran defecto de pereza que tengo que superar, sumado al resfrío por el cambio de clima, decidí darle cabida a Morfeo y así me seguí de largo hasta más de las 10am…!!!
Esto no fue nada satisfactorio, más bien fue bastante decepcionante para mí, ya que quiero lograr grandes cosas en la vida, pero no siempre me esfuerzo lo suficiente, por lo tanto no puedo aspirar a mucho…
A pesar de ello, en la noche después del trabajo con mucha ilusión llegamos mi esposo y yo a casa y empezamos a ver unas revistas que compramos de modelos de casa de campo.
Entre conversaciones del diseño, del financiamiento del terreno, el financiamiento de la construcción y el del carro (éste último ya lo empezamos), caímos en cuenta que aun no estamos económicamente preparados para afrontar los pagos que nos significaría al mes todo esto.
Personalmente siempre me he considerado una persona muy optimista, con grandes sueños y muy capaz de llevarlos a la realidad. Hay cosas que he logrado así, creyendo en mis capacidades y encomendándome a Dios. Fue así como empecé el negocio que actualmente tengo, pero que después de dos años aun no da una mensualidad estable que pueda aportar a la bolsa familiar. Esto me lleva a frustarme de vez en cuando porque me veo limitada y porque dependemos básicamente del sueldo de mi esposo.
Pero ¿cómo podría aspirar a más si no me estoy esforzando lo necesario?... pero si me esfuerzo más… ¿no voy a recaer nuevamente en la crisis del estrés?... En la conversación que tenía con mi esposo, veía un poco de inseguridad y falta de credibilidad de él hacia mí, ya que suelo ser yo la más soñadora y optimista, y él un poco más pegado a la tierra y “realista”, si se puede decir.
En el fondo no pude evitar sentir subestimación y desilusión.
Esto me llevó a recordar la cita de la Biblia que habla de los sueños….
Deut. 13, 3
Eclesiastés 5, 7; 10; 18
Y la que habla de nuestras verdaderas capacidades…. “El que quiere comprar un terreno y no sabe cómo pagarlo…”
Entonces, ¿qué es lo que debo hacer?, si soñar sobre ilusiones no está bien, soñar sobre cosas concretas no sería más soñar sino sólo planificar algo que se sabe de antemano que se puede hacer.
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