domingo, 24 de abril de 2011

día veintiseis: cosas del cielo


Hoy fue crucial. Mi esposo y yo fuimos al Sagrario de la Iglesia cerca a nuestra casas a orar para que Dios nos diga cual es su voluntad acerca de vivir fuera de Lima, comprar un terreno, etc...

Mi midiración me llevó a Colosenses 2; 3, en donde Dios me dijo que no me dejara influenciar por los comentarios de terceros, si ellos piensan que está bien o mal lo que decidamos hacer, su opinión es respetable pero lo importante es que, sea cual fuera nuestra deción, pongamos delante de todo a Dios.

Asi, esta cita me llevó también a Romanos 14, 1 - 9, en donde Dios fue más claro aun y me dijo que no nos preocupemos tanto por buscar las cosas de la tierra, sino que busquemos las cosas del cielo. Con esto entendí que no importaba tanto si comprábamos una casa en el campo o si nos quedábamos a vivir en la ciudad, siempre y cuando en cualquiera de estas decisones, busquemos "alabar a Dios" desde donde estemos.

A mi esposo, Dios le dijo que busque primero en su interior la razón principal por la que quiere vivir fuera de la ciudad.

Mi esposo y yo comprendimos que sea donde sea que vivamos, tenemos que darle el lugar más importante a Dios, a alabarlo, a hacer su voluntad. Y así fue que conversamos sobre la posibilidad de construir en nuestro amplio terreno unos boungalos familiares que nos permita invitar a parejas de matrimonios a retiros espirituales para que fortalezcan sus lazos matrimoniales y con Dios.

Creo que es una buena forma de alabar a Dios y se sentir esa plena felicidad de ayudar a otros a encontrar el verdadero camino.

Aun no está del todo decido, pienso que decisiones grandes como esta, se debe orar una y otra vez.

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