Hoy, sábado 09 de abril 2am, regresamos a casa muy deprimidos y preocupados. Un amigo nuestro está pasando por un problema muy dificil con su esposa, también amiga nuestra, al punto que están cerca de divorciarse.
Fue muy triste y duro ayer escucharlo contarnos cómo están las cosas con ella. No sólo un tema de incompatiblidad de caracteres sino de mucha humillación y odio que está enfrentando.
Dos personas que se unieron por todo el amor que se tenían y ahora estando tan distanciados y cerca a separarse por siempre.
Siento un compromiso muy grande por ayudarlos, por conversar con ella y poder cambiar en algo su decisión. A pesar de la gran falta de comunicación y el gran resentimiento que han ido albergando ellos durante tantos meses, creo aun hay esperanza.
Para Dios, "nada es imposible" y si su voluntad es que esta situación al final los fortalezca y los una de nuevo, pues tenemos que ayudarlos. Sin embargo, la línea que separa el que él regrese con ella a pesar de las fuertes humillaciones y desprecios recibidos, y el que él conserve su dignidad y amor propio, es muy delgada. ¿Cómo saber Señor qué es lo que tú deseas para ellos?
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