lunes, 18 de abril de 2011

día veinte: el descanso

Dios descansó al séptimo día; a este séptimo día le decimos domingo, día no laborable. Bueno, hoy ha sido el octavo día de la semana para mí, y decidí "descansar". No me levanté temprano, no fui a la oficina, sólo trabajé un poco desde mi casa.

Dios nos habla en su palabra acerca del descanso, no sólo de un descanso físico, sino de un descanso espiritual, representadas en el dejar nuestras cargas del pasado y del presente, "abandonarse a Dios", confiar en él; perdonar y pedir perdón, soltar las cargas, abandonar nuestros miedos.

Ecl. 8, 6

"El descanso principal, está en Jesús".

Este día decidí no sentir remordimientos por dejar descansar mi cuerpo, lo cual facilitó también el descanso de mi espíritu y mi mente. Con un cuerpo descansado y una mente relajada, reponemos energías y tenemos una mejor actitud frente a las cosas. No es bueno dejar que el trabajo y las responsabilidades nos conviertan en máquinas o en entes automáticos que actúan rutinariamente, dejando pasar momentos escenciales en su vida, sólo por no saber detenerse o ir más despacio. Recuerden el dicho "anda más despacio que llevo prisa".

No hay comentarios:

Publicar un comentario